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Urano


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Urano es el séptimo de los planetas del sistema Solar en orden creciente de distancias. Desconocido para los astrónomos de la antigüedad, para quienes el sistema Solar acababa en Saturno, fue descubierto en 1781 por un astrónomo aficionado, W. Herschell, músico de profesión, que había montado su propio telescopio reflector de 15 cm.

Su descubrimiento causó una cierta convulsión en el mundo científico, porque significaba una ampliación del sistema Solar. Al principio, en las primeras observaciones, fue confundido con un cometa, pero su tipo de órbita sacó del error al astrónomo, que lo denominó Urano, el padre de Saturno en la mitología clásica.

Características Generales

Este planeta tiene un diámetro ecuatorial de 52.290 km, cuatro veces mayor que el de la Tierra y el diámetro polar es de unos 49.200 km. Su distancia del Sol oscila entre un mínimo de 2.742 y un máximo de 3.008 millones de kilómetros. Su distancia mínima de la Tierra es de 2.600 millones de kilómetros, cuando está en oposición, y la máxima, cuando está en conjunción, 3.150 millones de kilómetros. Su masa es unas 15 veces superior a la de la Tierra, pero su densidad sólo es de 1,2, es decir, muy poco superior a la del agua.

Posición

Urano presenta una peculiaridad muy destacada: su plano ecuatorial tiene una inclinación de 98° con respecto a su plano orbital, lo que le da una posición muy característica. En efecto gira sobre sí mismo en un período de 17,24 horas, alrededor de un eje situado en el plano de su órbita, con lo que sus polos norte y sur apuntan alternativamente al Sol durante el período de traslación o revolución sideral, que dura 84 años; por ello, en cada uno de los polos se alternan días y noches con una duración de 42 años.

Atmósfera y Temperatura

El clima y la circulación atmosférica se hallan afectados por tan peculiar inclinación orbital. Su atmósfera en la cima de las nubes se halla a una temperatura de -214°C y en ella el análisis espectroscópico ha permitido detectar la presencia de metano (CH4) e hidrógeno molecular (H2) y, probablemente, también amoníaco (NH3).

Desde las capas profundas de la atmósfera emite un flujo radioeléctrico creciente de onda corta, lo que permite suponer que esa atmósfera es cada vez más transparente.

Estructura Interna

Si bien Urano pertenece a los planetas gigantes, es en realidad mucho más pequeño que Júpiter o Saturno, y debe tener una estructura interna diferente. Según los modelos desarrollados, su estructura podría ser: un núcleo rocoso, muy caliente, quizás hasta los 7.000°C, compuesto por silicatos y hierro; un manto de hielo, agua, metano y amoníaco, y una capa exterior de hidrógeno molecular.

Anillos

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El 10 de marzo de 1977, mientras se estaba observando la ocultación de una estrella de magnitud 8,8 detrás del planeta, se descubrió que el brillo de ésta experimentaba unas fluctuaciones antes de llegar a la atmósfera de Urano y que volvía a hacerlo tras su ocultación, en igual forma y a distancias simétricas de las del principio.

Este hallazgo permitió suponer y posteriormente confirmar la existencia de nueve anillos, a distancias del centro comprendidas entre los 42.000 y los 52.000 km. Son anillos particularmente estrechos, ya que ocho de ellos no tienen más de 10 km de ancho; sólo el exterior lo supera con una anchura que varía entre los 20 y los 100 km. En cuanto a su forma, tres son circulares y seis elípticos, con una distancia al planeta que varía en más de 800 km.

Estos anillos son muy oscuros y opacos, a diferencia de los de Saturno, ya que reflejan menos del 3% de la luz solar y están formados por partículas no recubiertas de hielo, aunque en 1986 la sonda Voyager 2 descubrió un nuevo anillo con un centenar de bandas muy transparentes.

Satélites

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Urano cuenta con cinco satélites, que son Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón, citados en orden creciente de distancias al planeta; en 1986, la Voyager 2 descubrió 10 nuevos satélites en órbitas situadas, en su mayoría, entre los anillos. Todos describen su órbita circular en sentido directo en el plano ecuatorial; son cuerpos celestes de forma irregular y color oscuro, con diámetros entre los 40 y 80 km, excepto el más externo, por lo que son muy difíciles de estudiar desde la Tierra.

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