La observación directa e incluso con
un filtro del Sol, que es la estrella más cercana a la
Tierra, es muy peligrosa porque puede provocar una grave
lesión
ocular. El Sol, en lo referido a su tamaño, no es
una
estrella
particularmente importante dentro de la galaxia. Los
astrónomos
la califican como una estrella enana amarilla.
Características del
Sol
Su diámetro es de 1.392.000 km, lo que representa
109 veces
el tamaño de la Tierra y su volumen es 1.301.200 veces
mayor. Su
masa (que en la gravedad de la Tierra se asocia con el peso) es
alrededor de 330.000 veces la de la Tierra. La densidad es 41% superior
a la del agua. La intensidad de la gravedad en la superficie es 27,89
veces superior a la de la Tierra. En la superficie solar, la
luminocidad es equivalente a 240.000 velas por cm².
Su temperatura periférica se sitúa en
unos
6.000ºC y la que hay cerca del núcleo
está entre los
15 y 25 millones de grados. No es que se esté quemando en el
sentido convencional de la palabra, sino que en su interior se producen
transformaciones nucleares de las que se obtiene energía. A
partir de cuatro núcleos de hidrógeno sometidos a
una
gran compresión se forma uno de helio. En este proceso se
libera
una gran cantidad de energía y se pierde algo de masa,
según la ecuación de Einstein E = m × c², siendo
E la
energía producida, m
la masa y c
la velocidad de la luz. Pierde unos cuatro millones de toneladas por
segundo, es decir, el hidrógeno consumido pesa
más que el
helio producido.
Al igual que la Tierra, el Sol gira sobre su eje y tarda 27
días en completar el giro (la Tierra lo hace en 1
día).
Así como la Tierra tarda 1 año en dar la vuelta
completa
al Sol, el Sol (y por tanto todo el sistema solar) tarda 225 millones
de años en completar una vuelta alrededor del centro de la
galaxia a la que pertenece (que es la Vía Láctea).
El Sol está constituido esencialmente de dos
componentes:
hidrógeno en un 75% y por helio en un 23%. El resto
corresponde
a otros elementos también presentes en la Tierra. Es
anecdótico que el helio fuera descubierto primero en el Sol
antes que en la Tierra, de ahí su nombre que significa Sol.
Estructura del Sol

El Sol está dividido en las siguientes partes:
- Núcleo.
Es la
región más interna, totalmente inaccesible a la
observación astronómica. Debe ser una masa
gaseosa que
tiene sus materiales sometidos a una gran presión y
temperatura,
y donde se deben producir las reacciones nucleares.
- Zona
de
Radiación.
Es la franja donde la energía se transporta por
radiación, a través de esta capa de gases de
hidrógeno y de helio hacia la zona de convección.
- Zona
de
Convección.
Es la franja donde la energía se transforma por
convección. El proceso de convección (el mismo
proceso
que causa que hierva una olla de caldo) transporta energía
de la
zona radiactiva del Sol hacia la fotósfera.
Imágenes
detalladas de la fotosfera muestran burbujas grandes de gas caliente
elevándose desde lo más profundo del Sol.
- Fotósfera.
Es la
capa que se puede ver en una imagen del Sol. Es una esfera luminosa a
una temperatura de 6.000ºC, que rodea al núcleo. Es
una
región de transición entre los gases opacos del
núcleo solar y los gases transparentes del exterior. Esta
capa
está surcada por una tenue granulación formada
por las
fáculas muy brillantes, que tienen una temperatura superior
a la
del resto de la fotosfera y oscilan entre 200 y 1.500 km de
extensión. Las fáculas destacan sobre manchas
oscuras,
que son las manchas solares, que son porciones negras muy
espectaculares, a veces agrupadas, cuyo número y forma
varía según las épocas, pero que
pueden llegar a
ser de mayor tamaño que la Tierra, y se sitúan
entre los
10° y 30° de latitud. Estas manchas no son uniformes y
presentan un núcleo, que es más negro por tener
una
temperatura inferior de "apenas" 4.000°C. Las manchas solares
se
deben a fenómenos causados por los campos
magnéticos del
Sol, que se oponen a que la materia caliente que existe bajo la
fotosfera llegue a ésta, originando regiones locales
más
frías.
- Capa
Inversora.
Situada
sobre la fotosfera, sólo tiene un espesor de unos 700 km y
es la
parte más densa. A esta capa se debe el oscurecimiento del
borde
del sol.
- Cromósfera.
Es una
capa que envuelve a la anterior y recibe si nombre por su vivo color
rosa o violeta. Está formado principalmente por vapores de
hidrógeno y helio, que van disminuyendo lentamente a medida
que
se aleja del núcleo, mientras que la temperatura va
aumentando.
Tiene un espesor de 8.000 a 10.000 km y es invisible. Se puede observar
en una eclipse total de sol o con instrumentos espectrales (que
registran "colores" más allá de lo que capta el
ojo
humano). En esta capa se desarrollan las protuberancias, que asemejan
grandes llamaradas de fuego. Las protuberancias son enormes erupciones
provocadas por el magnetismo del sol y por grandes cantidades de vapor
inflamado que son proyectadas al espacio, a una velocidad de cientos de
kilómetros por segundo, hasta alcanzar alturas de centenares
de
miles de kilómetros y hasta un millón durante
días
y semanas. Un tipo especial de protuberancias son las fulguraciones,
cuya duración promedio es de unos veinte minutos, causadas
por
una brusca liberación de energía
magnética que se
desencadenan en áreas concretas de la cromosfera. Son como
tormentas que liberan numerosas partículas cargadas
eléctricamente de protones y electrones, que a veces
alcanzan la
Tierra, pudiendo causar interferencias en las transmisiones y las
auroras polares.
- Corona
Solar.
Las capas
solares como tales acaban en la corona solar, la que se
sitúa a
continuación de la cromosfera., con un espesor de decenas de
millones de kilómetros, observable durante como una inmensa
aureola durante los eclipses de Sol. Se presenta como una capa de forma
variable, pero con una tenue luminosidad blanca, brillante, que va
disminuyendo con la distancia con la distancia del globo solar. Su
temperatura es de unos dos millones de grados.
- Viento
Solar.
Consiste en
un flujo de más de diez mil millones (10.000.000.000) de
partículas por cm² y por segundo, que salen del Sol
a gran
velocidad de hasta 600 km/s. Son principalmente protones y neutrones
que representan un enorme pérdida de materia por segundo